Hace muchos años, allá
por 1978, cuando era un jovencillo imberbe y esquelético y la música disco
sonaba por todo el orbe, comenzaba mi inolvidable vida estudiantil acudiendo a
la mítica Escuela Secundaria Oficial
Benito Juárez. Una buena maestra como fueron la gran mayoría de mis
profesores nos recomendó la película "Cuando
el Destino nos Alcance" (Soylent
Green). Se trata de una película estadounidense de 1973, dirigida por
Richard Fleischer, protagonizada por Charlton Heston, Edward G. Robinson y
Leigh Taylor-Young en los papeles principales y basada en la novela ¡Hagan Sitio!, ¡Hagan Sitio! (1966), de
Harry Harrison. Un clásico de la
ciencia ficción que no pasa de moda y que afortunadamente no se ha hecho
realidad en su totalidad.
Varios años después ya
entrando de lleno a mis estudios universitarios de Ingeniería Química vi la película
distópica “1984” (Nineteen Eighty-Four) dirigida por
Michael Radford y protagonizada por John Hurt, Suzanna Hamilton y Richard
Burton basada en la novela homónima de George
Orwell que por cierto devoré en una tarde. En 1984 el mundo no fue totalmente como en la novela, aunque comenzaba a serlo.
El año 2000 se veía aun lejísimos,
y hacía cuentas y me decía a mí mismo; "serás un apuesto superhombre
maduro cuando llegue el 2000, tendrás 33 años", "seguramente tendrás
la vida arreglada, poseerás una o dos mansiones, varios autos deportivos, serás
un super atleta, habrás viajado por todo el mundo, quizás estarás casado con
una mujer preciosa, amorosa, super preparada e intelectual como tu; tal vez tus
hijos serán genios antes de nacer con un futuro seguro en grandes compañías
transnacionales y con las mejores universidades del mundo peleando su
registro". "Todo será color de rosa a tu alrededor, la tecnología y
la ciencia habrán vencido al mal, a la tristeza, a la pobreza, a la
contaminación, a la guerra, a la superpoblación".
Llegó el 2000 y me agarró con una vida de zombi,
con un trabajo satisfactorio pero muy mediano, sentimentalmente fracasado, académicamente
abandonado, espiritualmente nulo, físicamente en desechos y con las manos
atadas con pesadas cadenas sin la más mínima facultad para cambiar mi mundo. Mi mente estaba enlatada como un ate de
membrillo apretadamente en un bote imposible de abrir; totalmente desconectado
del mundo, sin posibilidad de comunicación interna y externa. Apenas me di
cuenta de que el destino nos estaba alcanzando.
Llegó 2004 que se
convirtió en un año coyuntural en el que fui despertando poco a poco del coma;
me levantaba y al segundo volvía a caer. No me reconocía, estaba atrapado
dentro de un cuerpo de sebosa y pequeña morsa gorda y con la mente tan
atrofiada que parecía imposible recuperarla, el corazón atravesado por cientos
de espinas envenenadas con curare el poderoso tóxico que usan los indios
jibaros para acabar con sus presas y enemigos. Grité y clamé a Dios por
libertad, por misericordia. Definitivamente me escuchó y me dio la mano.
Parecía que mejoraba pero repentinamente me volvía aún peor. De alcohólico
social pasé a ser un alcohólico exhibicionista que gustaba de presumir su gran
condición etílica y "conocimiento y gusto por los buenos vinos". Me
bebí todo el alcohol acumulado de mis generaciones pasadas y por venir.
Soy del color de tu porvenir
Me dijo el hombre del traje gris
no eres mi tipo le conteste
Y aquella tarde aprendí a correr.
Me dijo el hombre del traje gris
no eres mi tipo le conteste
Y aquella tarde aprendí a correr.
Joaquín sabina
2011, año de la segunda
explosión; no tan fuerte y destructiva como la de 2004 pero más cercana a la muerte. Llego la hora de correr,
y no solo en sentido figurado sino también en el más literal de la palabra. Llegó
un cambio verdadero con muchos retrocesos, algunos para agarrar vuelo otros
jugando mortalmente a ser un trapecista sin red.
2013, año muy complicado
con la "Crisis de la Edad Madura" golpeando constantemente la espalda
de mi alma con un látigo tremendamente doloroso. El mundo asolado por una cortante
depresión económica y yo sepultado en deudas las cuales iba tachando lentamente
como un preso cuenta sus días para salir de prisión. No había planes reales y conscientes de correr
un maratón pero lo hice. No había proyectos para despertar pero lo estoy
haciendo. No había objetivos ni estrategias ni tácticas ni nada, pero ahora
tengo la esperanza de construir sobre ruinas.
Benditos años 2000 han
llegado como ladrones por la noche. Y 2014 debe ser el mejor de mi vida, y el 2015
mejor que el 2014 y así sucesivamente. Como dijo mi amigo Pepe Rivera, a crecer
a razón del 1% diario.
1o de enero
es un día atípico del año. Tras una fuerte desvelada, sin haber bebido alcohol
gracias a Dios, y con un lacerante dolor de cabeza pero con muchas ganas de
volver a escribir. Empezando “Las Crónicas de las Huellas del Lobo”.
Que viva la vida, que
viva el 2014, azucaaaaar.
PS. Canción para escuchar hoy;
"Dale Alegría a mi Corazón"
Y dale alegría, alegría a mi corazón Es lo único que te pido al menos hoy
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Afuera se irán la pena y el dolor
Y ya veras, las sombras que aquí estuvieron no estarán
Y ya, ya veras, bebamos y emborrachemos la ciudad
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Es lo único que te pido al menos hoy
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Y que se enciendan las luces de este amor
Y ya veras, como se transforma el aire del lugar
Y ya veras, que no necesitaremos nada mas
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Que ayer no tuve un buen día, por favor
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Que si me das alegría estoy mejor
Y ya veras, las sombras que aquí estuvieron no estarán
Y ya veras, que no necesitaremos nada mas
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Es lo único que te pido al menos hoy
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Afuera se irán la pena y el dolor
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Y dale alegría, alegría a mi corazón (mi Dios)
Versión de Mercedes Sosa (sin Fito Páez).
Dale Alegría a mi Corazón; empecemos bien el año 2014.
Y para empezar bien el año vemos la peli, "Cuando el destino nos Alcance"
.
Y de comer, no estaría
mal ayunar ligeramente, beber mucha agua pura y si hoy estás cansado y no
puedes correr; salir a caminar por tu
colonia sin música escuchando solo tu interior.
Y porque no, llamar por teléfono
a un amigo y si te dan permiso (bueno, es mi caso), salir a tomar un café y
charlar en persona como en los viejos tiempos.
Hasta la vista baby y que la fuerza os acompañe.
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