miércoles, 1 de enero de 2014

2014, Cuando El Destino Nos Alcance

Hace muchos años, allá por 1978, cuando era un jovencillo imberbe y esquelético y la música disco sonaba por todo el orbe, comenzaba mi inolvidable vida estudiantil acudiendo a la mítica Escuela Secundaria Oficial Benito Juárez. Una buena maestra como fueron la gran mayoría de mis profesores nos recomendó la película "Cuando el Destino nos Alcance" (Soylent Green). Se trata de una película estadounidense de 1973, dirigida por Richard Fleischer, protagonizada por Charlton Heston, Edward G. Robinson y Leigh Taylor-Young en los papeles principales y basada en la novela ¡Hagan Sitio!, ¡Hagan Sitio! (1966), de Harry Harrison. Un clásico de la ciencia ficción que no pasa de moda y que afortunadamente no se ha hecho realidad en su totalidad.

Varios años después ya entrando de lleno a mis estudios universitarios de Ingeniería Química vi la película distópica “1984” (Nineteen Eighty-Four) dirigida por Michael Radford y protagonizada por John Hurt, Suzanna Hamilton y Richard Burton basada en la novela homónima de George Orwell que por cierto devoré en una tarde. En 1984 el mundo no fue totalmente como en la novela, aunque comenzaba a serlo.
El año 2000 se veía aun lejísimos, y hacía cuentas y me decía a mí mismo; "serás un apuesto superhombre maduro cuando llegue el 2000, tendrás 33 años", "seguramente tendrás la vida arreglada, poseerás una o dos mansiones, varios autos deportivos, serás un super atleta, habrás viajado por todo el mundo, quizás estarás casado con una mujer preciosa, amorosa, super preparada e intelectual como tu; tal vez tus hijos serán genios antes de nacer con un futuro seguro en grandes compañías transnacionales y con las mejores universidades del mundo peleando su registro". "Todo será color de rosa a tu alrededor, la tecnología y la ciencia habrán vencido al mal, a la tristeza, a la pobreza, a la contaminación, a la guerra, a la superpoblación".

 Llegó el 2000 y me agarró con una vida de zombi, con un trabajo satisfactorio pero muy mediano, sentimentalmente fracasado, académicamente abandonado, espiritualmente nulo, físicamente en desechos y con las manos atadas con pesadas cadenas sin la más mínima facultad para cambiar mi  mundo. Mi mente estaba enlatada como un ate de membrillo apretadamente en un bote imposible de abrir; totalmente desconectado del mundo, sin posibilidad de comunicación interna y externa. Apenas me di cuenta de que el destino nos estaba alcanzando.
Llegó 2004 que se convirtió en un año coyuntural en el que fui despertando poco a poco del coma; me levantaba y al segundo volvía a caer. No me reconocía, estaba atrapado dentro de un cuerpo de sebosa y pequeña morsa gorda y con la mente tan atrofiada que parecía imposible recuperarla, el corazón atravesado por cientos de espinas envenenadas con curare el poderoso tóxico que usan los indios jibaros para acabar con sus presas y enemigos. Grité y clamé a Dios por libertad, por misericordia. Definitivamente me escuchó y me dio la mano. Parecía que mejoraba pero repentinamente me volvía aún peor. De alcohólico social pasé a ser un alcohólico exhibicionista que gustaba de presumir su gran condición etílica y "conocimiento y gusto por los buenos vinos". Me bebí todo el alcohol acumulado de mis generaciones pasadas y por venir.


Soy del color de tu porvenir
Me dijo el hombre del traje gris
no eres mi tipo le conteste
Y aquella tarde aprendí a correr.
Joaquín sabina


2011, año de la segunda explosión; no tan fuerte y destructiva como la de 2004 pero más  cercana a la muerte. Llego la hora de correr, y no solo en sentido figurado sino también en el más literal de la palabra. Llegó un cambio verdadero con muchos retrocesos, algunos para agarrar vuelo otros jugando mortalmente a ser un trapecista sin red.

2013, año muy complicado con la "Crisis de la Edad Madura" golpeando constantemente la espalda de mi alma con un látigo tremendamente doloroso. El mundo asolado por una cortante depresión económica y yo sepultado en deudas las cuales iba tachando lentamente como un preso cuenta sus días para salir de prisión.  No había planes reales y conscientes de correr un maratón pero lo hice. No había proyectos para despertar pero lo estoy haciendo. No había objetivos ni estrategias ni tácticas ni nada, pero ahora tengo la esperanza de construir sobre ruinas.

Benditos años 2000 han llegado como ladrones por la noche. Y 2014 debe ser el mejor de mi vida, y el 2015 mejor que el 2014 y así sucesivamente. Como dijo mi amigo Pepe Rivera, a crecer a razón del 1% diario.

1o de enero es un día atípico del año. Tras una fuerte desvelada, sin haber bebido alcohol gracias a Dios, y con un lacerante dolor de cabeza pero con muchas ganas de volver a escribir. Empezando “Las Crónicas de las Huellas del Lobo”.
Que viva la vida, que viva el 2014, azucaaaaar.


 PS. Canción para escuchar hoy;


"Dale Alegría a mi Corazón"
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Es lo único que te pido al menos hoy
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Afuera se irán la pena y el dolor

Y ya veras, las sombras que aquí estuvieron no estarán
Y ya, ya veras, bebamos y emborrachemos la ciudad

Y dale alegría, alegría a mi corazón
Es lo único que te pido al menos hoy
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Y que se enciendan las luces de este amor

Y ya veras, como se transforma el aire del lugar
Y ya veras, que no necesitaremos nada mas

Y dale alegría, alegría a mi corazón
Que ayer no tuve un buen día, por favor
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Que si me das alegría estoy mejor

Y ya veras, las sombras que aquí estuvieron no estarán
Y ya veras, que no necesitaremos nada mas

Y dale alegría, alegría a mi corazón
Es lo único que te pido al menos hoy
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Afuera se irán la pena y el dolor
Y dale alegría, alegría a mi corazón
Y dale alegría, alegría a mi corazón (mi Dios)

Versión de Mercedes Sosa (sin Fito Páez).

Dale Alegría a mi Corazón; empecemos bien el año 2014.

Y para empezar bien el año vemos la peli, "Cuando el destino nos Alcance"
.
Y de comer, no estaría mal ayunar ligeramente, beber mucha agua pura y si hoy estás cansado y no puedes correr;  salir a caminar por tu colonia sin música escuchando solo tu interior.

Y porque no, llamar por teléfono a un amigo y si te dan permiso (bueno, es mi caso), salir a tomar un café y charlar en persona como en los viejos tiempos.


Hasta la vista baby y que la fuerza os acompañe.



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