lunes, 3 de marzo de 2014

Simi Carrera Leon 2014 - Es Lo Mismo Pero Mas Barato






Amigos como tú y yo
volverán a juntarse
la distancia propicia un olor
que ni el tiempo deshace
compartirán más tardes de amor
a Domingo y nostalgias
y mantendrán a punto el vapor
por las añoranzas
es que amigos como tú y yo
son milagros del alma.


(Silvio Rodriguez)




Cuentan que cuando Don. Víctor Gonzales se andaba candidateando para presidente de la Republica organizó un mega banquete al que invitó a cientos de nuestros queridos políticos de todos los partidos para presentarles su plan de trabajo y convencerlos de unir fuerzas. Exquisita comida, deliciosa bebida, agradable música; todo era alegría y algarabía. Hubo hasta tiempo para un debate virtual entre los presidentes de Rusia, EU, Alemania, Francia y representándonos Don Víctor que por cierto los aplastó con su elocuencia y argumentos. Ya para terminar y cuando todos se iban fueron detenidos en la puerta de su mansión; faltaba lo mejor, se habían contratado preciosas y exuberantes nenas vestidas en mini trapos menores para que cada invitado disfrutara de una velada inolvidable. Fueron conducidos a sus lujosas habitaciones tomados de la mano por su correspondiente chica cariñosa. Los tiburones y alacranes se sobaban las manos con tremenda lujuria deleitándose en los tremendos traseros de las chavas. Ya en sus cuartos, fueron febrilmente agasajados y se les otorgo un cursillo de besos de tornillo impartido por las mismas muchachas. De repente, comenzaron a salir furiosos de la mayoría de los improvisados galanes reclamando que sus parejas no eran hembras sino varoniles transexuales con todo y caramelo; algunos hasta escupían y se tallaban con asco la boca. Don Simi los recibió en su despacho y disculpándose jocosamente les dijo - “queridos no se molesten, comprendan, es lo mismo, pero más barato”.









El sábado por la mañana me di una vueltecita por el centro de la ciudad para recoger mi fosforescente y vistosa playera y mi número para correr los 10K de la III Simi carrera. El frío estival y la oscuridad se habían retirado de nuestras vidas y calles así que estábamos felices bajo un inclemente sol; mi esposa, mi hija y yo; disfrutando de un gracioso show de payasos en la Plaza Fundadores. Degusté un rico y refrescante vasito de simi suero sabor fresa. Pasamos por la nevería “La Garrafa” y nos compramos nuestras nieves “Tentación” de chocolate y tequila y nos dispusimos a pasar una relajada tarde. Por la noche La Fiera recibiría a los terribles Santos. Caminamos entre la bola de sonrientes corredores saludando a derecha e izquierda. Nos sentíamos como en una villa olímpica. Nos movimos hacia el Mercado Práxedis Guerrero; así se llama en honor a un periodista opositor a la dictadura de Porfirio Díaz; extraño nombre, cierto, pero no nos escamemos, hay quien se llama Aniv de la Rev o Masiosare. Me compré una copia original de la playera Libertadores de manga larga de La Fiera; casi me da un patataus cuando vi que la talla M me quedaba un tanto ajustada. Sigo en las mismas, comiendo mal y mucho y corriendo poco; pero confiando en Dios y en los buenos recuerdos del 2013 me dispuse a correr los 10K. Sabía que la mayoría de Los Titanes participarían.

La tarde fue de lo más agradable, disfrutando de un nutrido potpurrí de breves cortos de películas de ciencia ficción y terror. Puros pedacitos de peli eso es lo que vi como consecuencia de mi descontrol y de la exagerada abundancia de mi filmoteca dvix de alta calidad compuesta de dos discos duros de 2 teras cada uno. No cabe duda de que los excesos no se disfrutan. Espero que igual les pase a la clase política enriquecida a nuestras costillas. 

Más tarde nos fuimos al estadio para deleitarnos con el furioso juego de Los Esmeraldas; poco pan pero mucho circo para nuestro pueblo aunque gratis no es. De regreso a casa a preparar el traje de Superman que ante la ausencia de músculos lo retaco de exceso de piel procedente de antiguos tiempos de obesidad; ya iremos mudando como las serpientes.

El domingo dimos paso al ritual de siempre y que por cierto hace falta cambiar por aquello de que se vaya a volver monotonía. Me puse mi disfraz de Superman, tome mi camioneta, me fui al centro, me estacione en el Aranda de La Parra, troté sumiendo la panza hasta La Plaza Fundadores y busqué a mi grupo. Me contagie de la juventud y entusiasmo de Los Titanes, me deleité observando a las muchachas y juntos todos posamos para la cámara, incluso Don Simi y varios colados se integraron. Troté calentando por donde se pudiera ya que la plaza está atiborrada con un tianguis de comercios formales.

La carrera arrancó una vez entonado nuestro majestuoso Himno Nacional el cual es precioso pero muy violento me hacían notar mis hijos el otro día; - tienen razón – concordaba yo; - pero no vamos a permitir que ningún enemigo extranjero venga a ensuciar nuestro pedazo de cielo con sus mugrosos pies -; ¿o si?
La salida fue muy lenta gracias a la gran concurrencia que se generó en esta justa; recorrimos Francisco Madero a contraflujo; mis azules tenis Brooks Cadence 2 botaban y rebotaban sabrosamente sobre los hexagonales adoquines de la calle, “Black is black” sonando en mi discotheque ambulante de bolsillo, decenas de esbeltas siluetas coloridas pasando velozmente a mi lado haciéndome consciente de mi realidad, era un domingo maravilloso. - “Un domingo sin sol, rancheros y beis bol no es domingo”- escuchaba allá en mi primera infancia; era cierto; pero ahora cambiamos el beis por la carrera y sigue siendo cierto. 

Decidí que esta sería para mí una carrera recreativa, como si alguna vez hubiese sido o fuera un competidor con posibilidades de algo más que terminar en buenas condiciones. No me esforzaría más de lo que el cuerpo me permitiese, no quería terminar destrozado como en la Fiera Carrera. En menos que canta un gallo llegamos a La Calzada y busqué las cámaras para posar firme y sonriendo; nunca Las vi. –“Superman, Superman” – gritaban algunos y yo me ponía morado de la pena, con semejante panza tequilera ni al ratón Crispín me parezco. Mentalmente me decía que 10K no es nada y que debía disfrutar plenamente este tiempecito que el Señor nos permite vivir, la carrera pronto terminaría aunque no llegaba aún al K2.
Se terminó La Calzada y fuimos a caer al famoso eje; el Blvd. López Mateos. Recuerdo como nos burlábamos en la universidad de nuestros compañeros Leoneses que cantaban al hablar; “soy de Liiiion y vivo por el eje” ja ja ja ja, que fácil y que padre era imitar su entonación y dejarlos mudos ante la imposibilidad de hablar Español Neutro. – “Solo los defeños hablan tan feo como ustedes” – les decíamos los Guanajuatenses a los pobres panzas verdes. No imaginaba que 25 años después también yo iba a ser un leonés y que mis hijas serían objeto de las mismas burlas discriminatorias por parte de los familiares de otras ciudades.

Torcimos a la derecha en el Blvd. Francisco Villa saboreando unos deliciosos chilaquiles del Vips del Real de Minas Express; el café estaba riquísimo. Pasamos al lado del Poliforum y entonces me di cuenta que no iba tan mal; probablemente el entumecimiento de principios de año se iba desvaneciendo, - pinche Peña que friega nos está poniendo con su Reformita Fiscal - divagaba al pensar el extra de impuestos que tendré que pagar este año y la maraña de confusiones y problemas que nos ha generado en el trabajo además. Más adelante penetramos dos kilómetros en el Parque Explora completando así la mitad de la carrera. Al pasar por la puerta principal del temático y empastado parque escuché el conocido “ladrido” de Pepe Rivera aún sobre el estridente pero hermoso sonido de “Breaking the Law” de Judas Priest. Esa canción me encanta porque me hace partícipe del rompimiento de reglas, estereotipos y paradigmas que aplastan nuestro yo feliz; “Breaking the Law, breaking the law” iba musitando yo cuando crucé la meta del maratón Gatorade de Monterrey; los que no podíamos ahora también podemos, como carajos no.

There I was completely wasting, out of work and down
All inside it's so frustrating as I drift from town to town
Feel as though nobody cares if I live or die
So I might as well begin to put some action in my life

Breaking the law, breaking the law ...

So much for the golden future, I can't even start
I've had every promise broken, there's anger in my heart
You don't know what it's like, you don't have a clue
If you did you'd find yourselves doing the same thing too

(Judas Priest)


Pepe y su rubia discípula pasaron veloces codo a codo junto a mi diciéndome good bye; los vi alejarse en la transparente bruma de la soleada mañana y me resigné a ser tercero del grupo; cuarto, corregí enseguida al ver a Alex en la contra corriente de atletas que nos llevaban por lo menos 600 metros de ventaja. Retornamos en U y seguimos de regreso al Blvd. Francisco Villa; La Wera y Pepe aminoraron el paso; -que buena onda – pensé, - me están esperando – Siguieron bajando la velocidad, los alcancé y los dejé. Me percaté de que algo no andaba bien, parecía que la Wera traía atorado un hueso de durazno en la garganta. Luego supe que la arrachera de la noche anterior había traído consecuencias.

Al llegar al Blvd. Mariano Escobedo estaba un chamaquito “gordito” echando porras a los corredores con tal simpatía y animo que casi me pareció que me estaba confundiendo con el verdadero hombre de acero. Me dieron ganas de abrazarlo, pero no lo hice, traía mucha prisa. Iba muy bien no cabía duda, llegué al K7 con 33 minutos y una luz se encendió en mi interior. “Porque voy a salir esta noche contigo, se quedaran sin beatos las catedrales” (by sabina). Asi me sentí de feliz, como si me estuviese esperando una especial noche; “Hoy para mí, es un día especial, hoy saldré por la noche” (by Raphael).

Tomamos luego el Malecón del Río hasta el vetusto Estadio “La Martinica” otrora hogar de “La Garra Cuerera”. Yo si le voy, le voy al Unión (de Curtidores). Luego de un par de giros dentro de la colonia regresamos a La Calzada de Los Héroes en sentido al Centro Histórico. De reojo miré el Rincón Gaucho y vi mi reloj, seguí con buen paso, era probable que recuperara mis tiempos. Llegando al Arco divisé a lo lejos a mi coach Guille quién se sorprendió de verme tan pronto y en buen estado; me animó y seguí adelante; luego sobre Madero vi a Carlos (ex Titán) que lesionado no pudo correr. 9K en 41 minutos, casi lo lograba. Saqué el pecho y sumí la panza al ver a Fer, el fotógrafo de Carreras Atléticas; era importante no solo llegar bien sino también parecerlo. 

Me pareció que iba en cámara lenta aunque seguía creyendo que mi velocidad aumentaba; la verdad es que estaba desacelerando; el cuerpo no daba más. La gente aplaudía y animaba sin cesar. Entré de un salto a la zona peatonal y vi muy cerquita la meta; era el momento del sprint. Por más que me esforcé solo alcancé los 46:30; ni modo, el tiempo de siempre pero por otro lado muy esperanzador haber mejorado respecto a la carrera anterior.

El grupo estaba muy disgregado así que no esperé a las fotos; me despedí de los amigos y partí trotando de vuelta a casa. Por la tarde mi obligada vuelta a Guanajuato y una taquiza que no pude resistir.





"Estoy parado sobre la muralla que divide
Todo lo que Fue de lo que Sera
Estoy mirando como esas viejas ilusiones
pasando la muralla se hacen realidad"

(Enanitos Verdes)

lunes, 24 de febrero de 2014

My Name is Frank and I'm a Fukin' Crazy Runner




Pues para todos aquellos que no me leyeron en el anterior blog y mientras preparo la cronica de la Simi Carrera, les comparto mi presentacion a la pagina del corredor.com.mx con fotos incluidas de cuando pesaba mas de 80Kg y le seguia metiendo duro a la fiesta aunque ya iba de salida. Lastima amigos que ya me han conocido hecho un monje, se perdieron de ser incluidos en muchas fiestecillas y trasnochadas.









PRESENTACION



Como si fueramos alcoholicos anonimos al entrar al grupo del corredor.com.mx nos presentamos. Yo ingresé el miércoles 14 de marzo de 2012 y este fue el escrito que posteé.

Hola a todos.

Me llamo Francisco Medel. Soy ingeniero químico y tengo 45 años. Apenas empecé a correr en agosto de 2011. No tengo mucha experiencia pero ya he corrido unas 12 carreras incluida La Carrera de los Barrios en León; Gto. donde resido.

Hasta los 25 años tuve una vida muy deportiva; jugaba base ball (era muy buen pitcher), practicaba tae kwon do y corría todos los días en mi natal Guanajuato capital.

Todo iba muy bien hasta que tuve que dejar la casa paterna y emigrar por cuestiones de trabajo. De golpe detuve mi actividad ya que laboraba por turnos en una planta de Nestlé y el tiempo apenas si alcanzaba para descansar. Era un esclavo feliz. Posteriormente me case y mas sedentario y comelón me volví. En 1996 cambio el giro de mi trabajo y fui a caer al área de ventas. Con ello vino aun mas descuido en mi condición física y mental. Mejoro un poquito mi condición económica pero empeoraron muchas otras aéreas de mi vida.

Tras 15 años de vivir bajo gran estrés, comiendo como cerdo (por lo menos 2 días a la semana en restaurantes) y bebiendo como cosaco prácticamente todos los días me fui convirtiendo en lo que nunca quise ser, un obeso perdedor en toda la extensión de la palabra.

Viajaba todo el tiempo, de hecho sigo viajando aunque no tanto. Trasnochaba con frecuencia y me malpasaba mucho. Demasiada fiesta, camino a la muerte. Llevaba una vida muy cómoda y hasta envidiable aparentemente.










Justo hace un año, el 18 de marzo de 2011, estuve a punto de morir porque se me reventaron dos ulceras duodenales que ni siquiera sabía que tenía. Estaba vomitando y deponiendo sangre. La gastritis al tope. Anémico, sufría fuertes dolores de cabeza y mi médico me dijo que cambiaba mi forma de vida o fuera escribiendo mi testamento. Con el colesterol y los lípidos altísimos me vi obligado a someterme a un largo tratamiento medicinal y a seguir una estricta dieta. Comencé a caminar por el parque Metropolitano todos los días. Una vuelta solamente. Tardaba más de una hora en completar el circuito y con envidia veía tanta gente corriendo. Algunos me saludaban y eso me hacía sentir muy bien.

Después de un par de meses de caminar intentaba correr y no podía hacerlo; ¡de verdad!; ni siquiera 250 metros podía trotar. Pesaba 83 kg. con una estatura de 1.62. Mi ropa aún era XL.

Por esos días mi hijo comenzó a correr por parte de la COMUDE y participaba en algunas carreras de la ciudad. Iba a verlo y se me salían las lágrimas de recordar mi juventud atlética. A veces hasta creía que nunca había hecho nada, que solo era mi imaginación o uno de esos sueños falsos y que siempre había sido lo que era. Mis hijos no creían que yo había sido algo distinto. Nunca me habían visto mover un dedo.

Poco a poco se me fueron dando las cosas. Primero logre correr 2 km; luego 4 km y un día logre dar la vuelta entera al parque; 7 km. Empecé a ir con la nutrióloga quien me recomendó inscribirme en alguna carrerita así que me avente a participar en la de Suzuki. 5 km, por supuesto; no me creía capaz de correr los 10. Eso era para pros.

Luego vino la carrera Franciscana y más me animaba. Me encantaba la ropa deportiva y como poco a poco iba bajando de peso comencé a animarme a vestirme de "corredor". Participé en mas carreras; mi hijo de 16 años siempre me vencía y muchos conocidos también.

Deje el alcohol, la comida chatarra, las malpasadas, las trasnochadas, y me aplique con mi dieta. Jamás he fumado, así que por ese lado no tuve problema. Y seguía corriendo todos los días.

Un día me animé a correr 9 km y así sucesivamente. El día menos pensado ya podía correr 12 km y cuando pude correr los 14 km (dos vueltas al parque) quise hacer fiesta. Me sentía extasiado. Mi peso ya no era problema, había alcanzado los 65 kg. El problema realmente era que debía gastar una verdadera fortuna en renovar todo mi guardarropa. Con mucho dolor, regale todas mis camisas, chamarras y sweaters y uno que otro pantalón (los demás los mandé arreglar).
 
Cuando no podía correr, por motivos de trabajo básicamente, me sentía como un perro encerrado, casi ladraba. Empecé a acomodar mi agenda en función de mi entrenamiento sin afectar mi labor ni la relación con la familia.

Mis tiempos eran muy altos, es más, ni me animaba a medirlos. Las carreritas de 5 y 7 km se acumulaban en mi historial. Una que otra de 10 km también. Mis conocidos y mi familia comenzaron a ponerse en mi contra; me decían que ya era un viejo y que le parara a mi carro. Que estaba obsesionado con correr y que estaba gastando mucho dinero en mi nuevo hobby; claro que antes gastaba verdaderas fortunas en otras cosas (cds, películas, libros y revistas, botellas de vino tinto, ropa, etc.) pero eso no se notaba. Mis compañeros de trabajo me recriminaban haber dejado de beber y comer tanta ensalada. Por otra parte, sentía su envidia al ver que ya había desertado del club de los obesos y me decían que estaba enfermo. Muchos se burlaron de verme en mallas y con playeritas pegadas, con una banda en la cabeza y mi reproductor de música siempre puesto.

Aun así, en enero de 2012 estaba seguro de que el medio maratón era para atletas profesionales o para gente que tenia años corriendo. Un amigo, de una empresa antagónica a la mía por cierto, me animó a meterme a la carrera de los Barrios. - Ja, ja, no puedo - le dije. Me da pena que me vayan a sacar desmayado. Bueno, para no hacerla larga, me inscribí, corrí, disfruté como loco y terminé antes que muchos haciendo un buen tiempo considerando mis limitaciones y novatez; 1 hr 44 minutos. Después mejoré mi tiempo en las carreras de 10 km, haciendo 46 minutos en la del Dr. Simi y apenas hace 15 días logre batir mi record de 7 km con 31 minutos en la carrera de la Familia en el Parque Metropolitano (aunque me lesioné).
Se que mis tiempos siguen siendo altos y que por mi edad y mis compromisos laborales que a veces no me permiten entrenar, es muy difícil mejorarlos mas pero no importa. Yo me siento súper bien que hasta me he atrevido a inscribirme en esta página y llamarlos colegas.

Ahora me falta un maratón. Sé que no será fácil. Los ojos están en la meta, espero prepararme tan pronto supere mi lesión que recién sufro en la pantorrilla derecha (causada por no calentar bien y por el gran esfuerzo que hice en la última carrera de La Familia).

Mi hijo dejó de entrenar y de participar en las carreras, incluso lo vencí en las dos últimas carreras que corrimos juntos (la de VIFAC y la del Dr. Simi). Paco hacía 23 minutos en los 7 km, Esto me duele mucho porque lo hace por llevarme la contra no porque le disguste correr. Es normal dicen los psicólogos hasta nombre tiene; le llaman contra dependencia. En el fondo no importa, yo hago lo mío y ahora correr se ha vuelto un estilo de vida para mí. Me hubiese gustado haber empezado antes, no sé, a los 30 pero pues no se dio. Lo importante es que Dios me ha permitido hacerlo ahora.

Un gran saludo a todos y mi más grande admiración, especialmente por aquellos veteranos que cada que los veo rebasarme y alejarse cabalgando en la distancia, hacen que en mi cabeza suene y resuene a todo volumen la canción "CABALLO VIEJO" (version Roberto Torres) que a escondidas también me dedico a mi mismo.

Ojala y pronto pueda irlos conociendo en persona.

Saludos

Franceso1966


viernes, 21 de febrero de 2014

La Fiera Anda Suelta y Busca Hombres Distraídos Para Cenar


Bien desayunado, ya bañadito y con ropa limpia y perfumada retozaba como borrego del Señor entre las sábanas blancas de mi mullida cama impoluta. Hubiese dicho que era una merecida recompensa por haber corrido muy bien la Fiera Carrera 2014 pero no era así. De hecho acababa de lograr mi tiempo más largo en 10K; 49:13 y me cargaba un dolor de cabeza marca diablo, el cuerpo cortado y todo el cansancio del mundo sobre mis espaldas. Trataba de dormir un poco para recuperar algo de condición y acompañar a mi familia a una comida a la vecina ciudad de Lagos de Moreno. Mi esposa bromeaba conmigo por mostrar tal fragilidad casi femenina, yo trataba de convencerla que alguna infección respiratoria me estaba mermando, fue inútil, no la convencí y hube de soportar el bullying todo el santo día.

1982 Bendita Ciudad de Guanajuato Capital; tenía 16 años y estaba convertido en un tremendo pitcher; era un ponchador nato gracias a mi velocidad y a las tres o cuatro variedades de curvas que había aprendido y mejorado. El más joven y el más pequeño de mi equipo llamado “Los Cafeteros” por estar integrado en su mayoría por miembros de los AA (alcohólicos anónimos), ese era yo. No era buen bateador, apenas si rozaba la bola alguna vez pero sobre la loma de lanzamientos me transformaba en el verdugo más voraz. Ya existía el bullying en aquel tiempo y mis amigos me apodaron “La Hormiga Atómica” aunque creo que hubiese sido mejor que me llamaran “El Topo miope” o “El Murciélago nerd” ya que mi vista era tan pobre que no alcanzaba a ver más allá de un metro de mi nariz; pero eso no lo sabía yo ni nadie más. Vivía en una “Nave de Sombras” como más tarde reconocería al leer un relato de Fritz Lieber del mismo nombre y pensaba que así era el mundo, que todos veíamos igual de oscuro y nebuloso. En el juego, simplemente me limitaba a lanzar la bola hacia determinada zona del home, mi ángel guardián hacía lo demás y mi cátcher me felicitaba por siempre obedecer sus señales que en realidad nunca veía. También jugaba fut bol, ocasionalmente metía un gol aunque fallaba siete o diez oportunidades claras, vivía permanentemente en el fuera del lugar; lo mío era la velocidad de piernas no el manejo de la pelota. Y de regreso a casa, siempre era lo mismo; un tremendo dolor de cabeza que literalmente me hacía llorar. Mi cuarto era totalmente oscuro y silencioso, el sonido de la caída de un alfiler se amplificaba en mi cerebro y me mataba; un furtivo rayo de luz, ni pensarlo, no cabía en mi universo. Era un vampiro sin ataud. Después me pusieron lentes de armazón y todo cambió. La luz se hizo pero … esa es otra historia.  2014, mi cabeza se estaba derritiendo de dolor y el vómito amenazaba con derramarse de la copa.

El miércoles anterior a la carrera habíamos ido al estadio mi esposa, mi hijo y yo a ver el juego León vs Flamengo y confirmé que somos verdaderas fieras de corazón; llevamos grabado el escudo del León en el espíritu. Tenía pensado no correr la Fiera Carrera, por muchos motivos,  pero mi hijo me pidió que participáramos de tal manera que no pude negarme – Mira Papá – me dijo, - ¡Que medalla más preciosa! La quiero tener – Si, la verdad la medalla se veía majestuosa en fotografía. Dejé que el tiempo corriera y me inscribí de último momento, esperaba que otra parte de mi me diera argumentos suficientes para no correr; creo que si me avisó pero al final decidí no escuchar. Desde la recolección del paquete se percibía que el evento tenía carencias en la organización; había que hacer una larga fila para recibir un sobre con el chip y el número, después pasar a otra línea para documentar y posteriormente regresar a la primera caseta por la playera marca Pirma la cual  es bonita pero nada del otro mundo.


En Navidad me pongo el disfraz de Grinch, en San Valentín tiro a matar a los cupidos y para las carreras me pongo mi mejor sonrisa y me cubro de buena vibra. Soy poco romántico, lo acepto, así me hizo Dios; pero mi mujer no lo entiende, por eso fue que pasamos un viernes terrible; no solo porque no le obsequié flores o no le llevé serenata o porque no le escribí una carta; lo peor fue que el perfume Nina que le regalé con todo el dolor de mi bolsillo se le cayó a mi hija pequeña dañándose irremediablemente el atomizador el cual quedo inutilizable. Y para rematar el sábado me negué a desvelarme porque tenía carrera. La comunicación quedo cortada. Gracias a Dios la Fiera nos dio una pequeña alegría pegándole a Los Rayados. De puro gusto salí a buscar una florería abierta, la hallé y le compré a mi amada un hermoso ramo de rosas logrando un forzado perdón.




Se llegó el domingo y mi cabeza daba vueltas, me sentía un poco mal, “Francisco Dolores” estaba de regreso y la gripa también. Pero no dije nada y sin más preámbulo nos dirigimos al Nou Camp. No había tanta gente como esperaba y lo que si encontré y me disgustó un poco fue un puesto de genuinas playeras originales de la carrera de la Fiera en remate; 1 por $150, 2 por $200. Y pensar que yo gasté casi $750 en las inscripciones  de Paco, Pau y la mía propia. Bueno, - las medallas valdrán el esfuerzo y el gasto - traté de consolarme.

Allí andaban Los Titanes, mi equipo de corredores muy sociables y mejores amigos. Guille sobrellevando con estoicismo su lesión no correría pero nos estaría animando. La ausencia de Pepe jugueteaba en los rincones del polvoroso estacionamiento levantando pequeños remolinos; muy disciplinado había preferido seguir su programa de preparación para el maratón LALA que correr una carrerita futbolera, casi siempre tiene razón hay que reconocerlo. Alejandra tratando de volver del mas allá estaba lista para dar el primer paso hacia un 21K; no estaba segura de hacer un buen papel pero lo que si sabía es que de aquí en adelante se iba a esforzar en ser constante y demostrarse de lo que puede ser capaz. Alejandro y Daniel, muy esbeltos los dos, tampoco participarían aunque sí estuvieron en el evento caminando de aquí para allá mostrando sus radiantes sonrisas y sus correosas y poderosas piernas, ¡que presumidos! Angélica y Roberto muy callados pero listos para enfrentar lo que se viniese encima, Karlitaaaa mostrando su grácil y espigada figura calentaba entre los autos estacionados  atrayendo la temprana mirada de más de uno.

Robóticamente me fui abriendo paso entre la multitud deteniéndome brevemente a saludar a Nice y Lily que también forman parte del equipo; seguí adelante y sin premeditarlo me coloqué junto a “La Wera” Rosy y Bere, las dos velocistas del grupo. Muy guapas no dejaban de tomarse fotos; les dije sobradamente que correría a su paso y les pedí con ironía que se compadecieran de mí y no me fuesen a dejar muy atrás. Sin mucho protocolo arrancó la carrera de avestruces en ropa deportiva deslizándose a toda velocidad sobre una destruida pista de hipódromo. Dimos una vuelta por el exterior del Estadio pasando frente al Teatro hasta topar con la Calzada de Los Héroes. Hasta allí alcanzó mi vista a ver a La Wera que se daba gusto rebasando corredores y corredoras dejándolos inmisericordemente atrás; creí escuchar sus burlonas carcajadas alejándose en la distancia, terminó siendo la #1 del grupo.

Me pareció larguísimo el primer kilómetro, me dolió en el alma; no lo podía creer; yo que corría tantos kilómetros cuesta arriba cuando estuve bien preparado, yo que ya había corrido un maratón me estaba rezagando desde el principio. Nos incorporamos al Blvd. López Mateos y seguimos por la lateral al lado de La Guarida de la Fiera donde pude observar todas las playeras y pants que no tengo. Llegando al Poliforum alcancé a Gugusa, una guapa muchacha que se está preparando para el LALA; iba mentando madres a la vez que rengueaba visiblemente; pujaba, repujaba, soplaba; su rodilla no la deja en paz y la gripa la tenía agarrada por el cogote. Me puse a su lado tratando de atraer su mirada; volteó a verme con un dejo de dolor en su rostro y siguió concentrada en sus pasos y en su letanía de groserías. La rebasé y me fui escuchando a mi alter ego Billy Joel que al ritmo de “Allentown” y “Pressure” me impulsaba a no dejarme caer. Reposté agua en el K2 sobre el Blvd. Francisco Villa y pude sentir la presión de mi empapada banda sobre mis sienes. Caí en un sopor un tanto fastidioso mientras recorría el Blvd. Mariano Escobedo; - si tan solo pudiese recobrar gracias al sol un poco de mi poder - pensaba recordando al superhéroe Bird Man que veía en mi infancia.

Con mis pesadas alas oscuras pegadas al cuerpo era consciente de mi lentitud, podía ver mis lerdos pasos dibujados en la acera, como en esos sueños inmovilizantes que nos llegan en la madrugada estaba pegado al negro asfalto chicloso; ahora si se me había cargado “el muerto”. Agradecí en silencio que no estuviesen señalados todos los kilómetros; no hubiese soportado los filosos recordatorios constantes de una malévola esposa cruel que le recuerda a su esposo sus innumerables errores y defectos en cada voz y en cada movimiento.

Mas hidratación en el K5, le arranco de la mano dos bolsitas de agua a un cortes hombre que ignorante de mi estado me grita – eso es todo, vas muy bien, dale, dale – Como animal me bebo las dos bolsas de agua al mismo tiempo dejando que esta escurra por mi cara y mi cuello hasta mojar mis brazos y mi pecho y prosigo al ritmo de “I Love The Night Life” (Alicia Bridges); sumemos los desvelos a las causas de mis males.

De repente parecemos una corriente de vapor recorriendo un intercambiador de calor entrando y saliendo por pequeñas calles, muchas vueltas desde mi punto de vista, hubiese preferido una carrera más recta incluso con una o dos subidas. Mi nublada mente recupera algo de su lucidez al volver a La calzada de Los héroes; miro El Arco del Amor y recuerdo lo del perfumito; estoy a 3K del final. Sigo adelante. Luego me encuentro a Daniel quien haciendo uso de su faceta de fotógrafo, se encuentra a ras del suelo disfrutando del panorama que le da su posición, gozando como loco del paso de corredoras bien dotadas a lo largo de la pasarela de adoquín.




Los traviesos duendes del dolor de cabeza golpean con sus pequeños mazos mi exprimido cráneo llevándolo al sufrimiento máximo. Sigo sin parar; sonriendo al darme cuenta de que soy privilegiado de tener dos velocidades; la lenta y la superlenta. Hoy he corrido un poco debajo de la superlenta. Casi al llegar a la meta alcanzo un cuarteto de bigotones y peludos disfrazados de porristas con minifalda y todo; me hubiesen causado mucha gracia en otra situación, apenas si los miro con desdén y adopto posición de inmutable campeón.  49:13; tiempo muy alto y costo mayor.

Me pierdo entre la muchedumbre, no encuentro a mi familia; la música esta altísima, estoy temblando, la cabeza me explota, la música está muy fuerte, el anunciador me grita al oído, la vista se me nubla, me apenaría mucho azotar como res frente a tanta gente, ya me quiero ir a casa, el sonido es insoportable, estoy totalmente mojado y no traigo cambio de ropa, me encuentro a mi coach, me felicita por el tiempo de mi hijo (20 min en 5K), nos sacamos algunas fotos, trato de poner buena cara, ya me quiero ir a casa; finalmente encuentro a mi familia;  esperamos largo tiempo hasta la carrera infantil, me como un plátano, me bebo un powerade, mi hija corre padrísimo logrando un cuarto lugar entre las nenas, me saca una sonrisa pero no se me quita el dolor.  Mi mujer conduce, yo meto mi cabeza entre mis piernas, ha sido un mal día y no fue 13.



Algunas veces vuelo
Y otras veces
Me arrastro demasiado
A ras del suelo

(Joaquín Sabina)